Carnicero
Tardó cuatro meses en encontrarlo, pero cuando supo quien era su mente solo pensaba en una cosa, cazar al hijo de puta. Regentaba una carnicería, bastante popular por cierto, era famosa por la carne que vendía, que según él era de la mejor calidad, tierna y jugosa.
Lo que sus clientes no sabían era que lo que compraban no era lo que él les decía. En realidad el carnicero recorría por la noche la ciudad, buscando entre su ganado particular el género que necesitaba, y era bueno en su trabajo, despedazaba el cuerpo en cuestión de minutos. Cuando encontraron el primer cadáver lo único que recogieron fue un par de manos y una cabeza, había sido una mujer, después de esos restos aparecieron más, un total de veinticinco muertos, o los pedazos de ese número.
Fue entonces cuando paso, el último cuerpo era el de su mujer, pero al parecer le habían interrumpido, solamente había podido llevarse la carne de los muslos. Su mundo se hundió, se volcó en el trabajo y desatendió a su hijo. Los días pasaban entre su despacho en la comisaria y el de su casa, siempre rodeado de ficheros y carpetas, había descubierto algo que le extrañaba. Al parecer se encontraba con un imitador, fue lo que pensó.
En 1717 ocurrió el primer asesinato con las mismas características que los que sucedían ahora, prácticamente todas las noches, detuvieron a un hombre acusado de matar y mutilar a doscientas ochenta y tres personas para el consumo de la carne de los mismos, en 1817 apareció un imitador, pero tardaron mas en capturarlo, trabajaba en una peletería, preparando pieles para convertirlas en cuero, lo detuvieron cuando su jefe aviso a las autoridades de que su trabajador curtía pieles humanas, también fue condenado a muerte. Llegamos a 1917 no era posible que hubiera otro imitador cada cien años, era irreal, pero hay estaban los ficheros del caso. Trescientos cuarenta y nueve muertos hasta que lo atraparon, fue inteligente el mundo se hallaba inmerso en la primera Guerra Mundial y no le prestaban mucha atención a los cadáveres que se encontraban en la calle, así que aquí estaba en el 2017, con un jodido imitador de un asesino en serie que había actuado hace mas de trescientos años, y cada cien salia alguien que lo quería emular al que solo atrapaban cuando su lista de asesinatos llegaba a las tres cifras, pero no en su ciudad.
En 1717 ocurrió el primer asesinato con las mismas características que los que sucedían ahora, prácticamente todas las noches, detuvieron a un hombre acusado de matar y mutilar a doscientas ochenta y tres personas para el consumo de la carne de los mismos, en 1817 apareció un imitador, pero tardaron mas en capturarlo, trabajaba en una peletería, preparando pieles para convertirlas en cuero, lo detuvieron cuando su jefe aviso a las autoridades de que su trabajador curtía pieles humanas, también fue condenado a muerte. Llegamos a 1917 no era posible que hubiera otro imitador cada cien años, era irreal, pero hay estaban los ficheros del caso. Trescientos cuarenta y nueve muertos hasta que lo atraparon, fue inteligente el mundo se hallaba inmerso en la primera Guerra Mundial y no le prestaban mucha atención a los cadáveres que se encontraban en la calle, así que aquí estaba en el 2017, con un jodido imitador de un asesino en serie que había actuado hace mas de trescientos años, y cada cien salia alguien que lo quería emular al que solo atrapaban cuando su lista de asesinatos llegaba a las tres cifras, pero no en su ciudad.
Reunió todo el material que pudo sobre el caso, hablo con su superior que le dio permiso para que capturase al imitador, pasó por la armería de la comisaria y se preparo para visitar al carnicero. Aparcó detrás de la tienda, miro a su compañero que asintió con la cabeza y ambos bajaron del coche. Con lentitud se acercaron a la puerta trasera de la tienda, antes de entrar comprobaron sus armas, la escopeta que llevaba él y el subfusil su socio. Dejó el arma en el suelo mientras forzaba la puerta, la cerradura cedió con un satisfactorio chasquido y la abrió lentamente. Enseguida le llego el hedor dulzón de la descomposición, el ritmo potente y vibrante de la música metal que los envolvió.
La entrada daba a un estrecho pasillo con una entrada a la izquierda cubierta por un paño negro, de hay procedía la música, lo curioso es que le resultaba vagamente familiar, detuvo a su compañero tocándole el hombro. Ya sabia que grupo era, una banda de death metal, Cannibal Corpse, el que mas le gustaba a su hijo, un poso de angustia atenazo su corazón. Apartaron el trapo y unas escaleras llevaban a una oscuridad mas abajo, de esa parte venia el hedor y empezaba a sonar el tema favorito de su hijo, Death Walking Terror.
La entrada daba a un estrecho pasillo con una entrada a la izquierda cubierta por un paño negro, de hay procedía la música, lo curioso es que le resultaba vagamente familiar, detuvo a su compañero tocándole el hombro. Ya sabia que grupo era, una banda de death metal, Cannibal Corpse, el que mas le gustaba a su hijo, un poso de angustia atenazo su corazón. Apartaron el trapo y unas escaleras llevaban a una oscuridad mas abajo, de esa parte venia el hedor y empezaba a sonar el tema favorito de su hijo, Death Walking Terror.
Descendieron las escaleras con cuidado hasta llegar al final, allí estaba el carnicero, trabajando desnudo, sólo llevaba un delantal de cuero manchado de sangre. Pero en realidad mirará donde mirará había sangre por todas partes, restos humanos y trozos de carne colgando de ganchos. Escucho un gemido y miró hacia la izquierda de la sala, era la zona mas oscura pero distinguió lo que había en una jaula con el suelo de paja, era su hijo, sintió como una ira caliente le obnubilaba la vista.
Acciono el sistema de corredera de la escopeta y el carnicero se volvió, era un ser repugnante, indeciblemente anciano, su piel amarillenta parecía pergamino quebradizo, se le notaban los huesos, tenia los ojos hundidos en un rostro arrugadisimo, pero los miraba con suspicacia. Su compañero levantó el arma pero no pudo hacer nada, de su cabeza sobresalía el mango de un cuchillo, el carnicero era extremadamente veloz pese a su edad. Cuando volvió a mirar al asesino lo vio casi encima suya esbozando una perversa sonrisa plagada de dientes puntiagudos y un enorme cuchillo de carnicero en la mano, actuó por reflejos y apretó el gatillo. El estampido resonó violentamente en ese espacio tan reducido, el hombre salio despedido hacia la pared donde choco y se deslizo dejando una marca sanguinolenta, el detective retrocedió un paso y casi se cae al resbalar en un trozo de carne que había en el suelo, sin dejar de apuntar al hombre se acerco a donde estaba su hijo, le tomo el pulso y comprobó que aun estaba vivo pero inconsciente.
El anciano se levanto lentamente y cogió otra vez el cuchillo, sangraba como un cerdo ya que el disparo le había dado en las tripas y con un grito se abalanzo sobre el detective que se volvió rápidamente y le disparo de nuevo, esta vez le acertó en la cabeza de la cual le arranco media parte. Pese a estar mortalmente herido, el carnicero continuo avanzando hacia el dejando un rastro de sangre y materia gris, otro disparo lo envió contra la pared pero no se deslizo hasta el suelo esta vez, se quedo de pie, sus piernas lo sostenían de forma tambaleante hasta que dos tiros mas lo partieron por la mitad. El detective se acerco con cuidado, el anciano aun permanecía con vida y le miro fijamente, con unos espantosos ojos amarillentos y con una ultima y sanguinolenta sonrisa expiro.
Acciono el sistema de corredera de la escopeta y el carnicero se volvió, era un ser repugnante, indeciblemente anciano, su piel amarillenta parecía pergamino quebradizo, se le notaban los huesos, tenia los ojos hundidos en un rostro arrugadisimo, pero los miraba con suspicacia. Su compañero levantó el arma pero no pudo hacer nada, de su cabeza sobresalía el mango de un cuchillo, el carnicero era extremadamente veloz pese a su edad. Cuando volvió a mirar al asesino lo vio casi encima suya esbozando una perversa sonrisa plagada de dientes puntiagudos y un enorme cuchillo de carnicero en la mano, actuó por reflejos y apretó el gatillo. El estampido resonó violentamente en ese espacio tan reducido, el hombre salio despedido hacia la pared donde choco y se deslizo dejando una marca sanguinolenta, el detective retrocedió un paso y casi se cae al resbalar en un trozo de carne que había en el suelo, sin dejar de apuntar al hombre se acerco a donde estaba su hijo, le tomo el pulso y comprobó que aun estaba vivo pero inconsciente.
El anciano se levanto lentamente y cogió otra vez el cuchillo, sangraba como un cerdo ya que el disparo le había dado en las tripas y con un grito se abalanzo sobre el detective que se volvió rápidamente y le disparo de nuevo, esta vez le acertó en la cabeza de la cual le arranco media parte. Pese a estar mortalmente herido, el carnicero continuo avanzando hacia el dejando un rastro de sangre y materia gris, otro disparo lo envió contra la pared pero no se deslizo hasta el suelo esta vez, se quedo de pie, sus piernas lo sostenían de forma tambaleante hasta que dos tiros mas lo partieron por la mitad. El detective se acerco con cuidado, el anciano aun permanecía con vida y le miro fijamente, con unos espantosos ojos amarillentos y con una ultima y sanguinolenta sonrisa expiro.
Sólo informó a sus superiores cuando salió de la tienda, pero para cuando llegaron sus compañeros solo encontraron un montón de sangre y una hoja de papel con unas palabras escritas con sangre, "no os preocupéis estoy bien, solo necesito descansar, pronto tendréis noticias mías".



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