Ninjas
Estaba sólo, sus otros dos compañeros habían caído y sobre el recaía la responsabilidad de terminar la misión, debía asesinar al daimyo. Avanzo sigilosamente por los pasillos en penumbras del palacio, hacía poco había matado a dos perros samuráis, al primero le lanzó un metsubushi directamente a la cara, el otro se giró pera ver que ocurría solo para encontrarse el filo de una espada, el corte fue profundo y seccionó la arteria que lanzó un chorro de sangre caliente hacia la pared, mientras ese caía intentando cerrar la herida con las manos se giró hacía el otro. Estaba de rodillas, gimiendo, de sus ojos cerrados manaba sangre. El ninja le cortó la cabeza.
Mientras caminaba sigilosamente por los pasillos escasamente iluminados escuchó unos pasos que se acercaban, con un par de ágiles saltos por las paredes, se fundió con las sombras del techo, vio venir dos soldados armados con lanzas, justo cuando pasaron por debajo se dejo caer. Cuándo los pies del ninja tocaron el suelo las cabezas de los soldados hicieron lo mismo, de ambas sobresalian unos largos clavos.
Siguió su camino, sin ningún percance hasta que se de entre las sombras de un pasillo salió un enorme samurai qué gruñendo desenvaino su katana. El ninja retrocedió un par de pasos y desenvaino sus armas, un kama y el ninja-to de su padre. Sabía que estaba en desventaja, su contrincante parecía ser un excelente espadachín, pero el era más ágil. Desvió la primera embestida intentando parar el golpe, pero le dejo el brazo entumecido, intentó clavarle el kama en la pierna pero el samurai fue más rápido y la apartó a tiempo, retrocedió un par de pasos mientras recobraba la sensibilidad en el brazo, esquivó un par más y contraataco, lanzó un espadazo a la cara del samurai, pero este evitó el ataque con un pequeño golpe con su katana, pero no pudo detener el kama que se clavo en su gemelo.
El combate le estaba retrasando y no podía permitírselo así que en un descuido de su contrincante le lanzó un metsubushi a la cara, el samurai levantó el brazo y lo atrapó dejando así un hueco que el ninja aprovecho, le clavo el kama en la axila, con tal fuerza que la punta curva del arma sobresalió por el hombro, con un rugido su enemigo intentó lanzarle un espadazo que el desvío dejando que resbalase por el filo de su espada, rápidamente se abalanzó hacía delante y le atraveso el cuello,con un kunai, el samurai cayó como un fardo, agonizante.
Pasó por encima del moribundo, ya sabía donde estaba, tras la siguiente puerta se encontraba su misión, abrió la puerta de golpe dispuesto a todo, lo que vio lo dejó paralizado. Un enorme portal de color azul oscuro se abría en la pared y por el asomaba una mano rojiza cuyos dedos acababan en garras, había llegado tarde, el ritual estaba terminado y se acercaba el fin de una era.



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